Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1854-1856 (Cortes Constituyentes de 1854 a 1856)
Sesión: 22 de octubre de 1855
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Discurso
Número y páginas del Diario de Sesiones: nº 225, 7.586
Tema: Petición núm. 705, acerca del dictamen relativo a la del director del periódico El león Español

El Sr. SAGASTA: Para empezar a rectificar al Sr. Nocedal, comenzaré por leer uno de los párrafos de su último discurso, según lo publica el Diario de las Sesiones. Decía el Sr. Nocedal: " Es urgente, es importante, etc." (Leyó )

Su señoría admitía ayer, y ya parece que no lo admite hoy, el delito de la prensa por desacato. Señores, yo entiendo que si es importante evitar que el delito de desacato pase a los tribunales, reconoce S.S. desde luego el delito de desacato, y lo que pretende es que pase al Jurado; y como reconoce que hay desacato tratándose de la autoridad, en la imprenta, y desacato puede ser la injuria y la calumnia inferidas al Gobierno, deduzco yo que S.S. quiere llevar al Jurado lo que sea injuria y calumnia al Gobierno. Este argumento no tiene contestación; y a esto me referí ayer cuando dije que el Sr. Nocedal defendía tan ampliamente la libertad, que quería que la injuria y la calumnia a los ministros fueran al Jurado. Pues bien; ahí ha estado siempre el partido progresista, y hasta ahí no ha llegado nunca S.S. o el partido a que pertenece.

El Sr. VICEPRESIDENTE (Portilla): Ruego a V. S. que se contraiga a rectificar equivocaciones de hecho o de concepto.

El Sr. SAGASTA: Resulta, pues, que si el Sr. Nocedal no ha llegado hasta donde el partido progresista, anda muy cerca, y mucho me felicito de ello. Pero ha dicho S.S. que entre las ideas del partido moderado y las del partido progresista hay la diferencia de que nosotros proclamamos muy alto ciertos privilegios y no los practicamos, al contrario de S.S. que proclama poco y hace mucho. Yo, para rectificar esto, no tengo que apelar más que a lo sucedido durante los once años, no sólo en el período de los polacos, sino en todo el del partido moderado. ¿Qué ha pasado con la imprenta? ¿En qué manos ha estado la suerte de los escritores públicos y la de S.S. mismo? En las del Gobierno. No había más arbitro que el Gobierno para decidir de la suerte de los escritores públicos. ¿Y eran estos los principios que proclamaba aquel partido? No; proclamaba los contrarios. Ahora sucede lo contrario. Hay una duda, los tribunales la interpretan de un modo, intervienen en la cuestión, ¿y qué hace el Gobierno? Dejar expedita la acción de los tribunales. El país juzgará entre una y otra conducta, aunque, a decir verdad, ya hace tiempo que el país ha juzgado. De todas maneras, conste que el Sr. Nocedal y sus amigos han variado mucho de opiniones de pocos años a esta parte.

Ha dicho, por último, el Sr. Nocedal que la proposición que se discute no puede retirarse, y que había gran diferencia entre lo que yo he expuesto en su defensa y lo que manifestó el Sr. Escosura. Yo no he dicho que se retire, ni menos que no ha lugar a deliberar sobre el dictamen, porque propone una cosa que es innecesaria, ociosa e inconveniente.



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